FIGURAS MASAPÁN

En el comienzo, EL MASAPÁN fue una escultura comestible, en pequeño tamaño, elaborada con harina de trigo y agua; tiempo más tarde, también con avena.

La muerte era para ellos una prolongación de la vida y el ritual una negación de la muerte. La muerte física, para ellos, sólo era un salto al mundo de los espíritus.Estas cosmovisiones o costumbres se mantienen, tal es el baño purificatorio, la velación del cadáver, la elaboración de la comida ritual, a la que se conoce con el nombre de uchucuta, y las guaguas de pan, mismas que antiguamente se hacían con harina de maíz, zapallo, miel y cera de abeja.

De estos antecedentes derivó la artesanía del masapán, en razón de que los visitantes se sintieron atraídos por estas figurillas de harina y las fueron adquiriendo en compra, por lo que las artesanas, recurriendo a su potencial artístico se fueron  profesionalizándose.

La elaboración de figuras de masapán  comienza con la adquisición de harina de trigo de exce-lente calidad, maicena (opcional), y anilinas que no pierdan coloración al mezclarse con la masa; concebir la figura a producir; preparación de la masa, con harina y agua, y su manipulación hasta alcanzar un estado de plasticidad; teñido de la masa, con colorantes; modelado de la figura en masa cruda; la decoración de la figura implica más tiempo, habilidad y minuciosidad; el encolado consiste en colocar los elementos decorativos; el decorado es el “bordado” o colocación de adornos en el vestido de la figura, por ejemplo un “churillo”, “lágrima”, ”e” repetitiva, o formas geométricas, plumas, hojas, que se hacen con cordoncillos muy finos de masa.Se conoce que por 1982-83, en la Facultad de Química de la Universidad Central, se hicieron estudios para evitar que la masa no se resquebraje y sea resistente a la humedad y a los climas cálidos húmedos, que por lo menos media docena de mujeres obtuvieron el título de maestra artesanal, quienes se constituyeron en gerentes pro-pietarias de las empresas productoras de esta artesanía.

En los almacenes se expone a la venta las figuras en vivos colores de mazapán, cerámica y madera, que generaciones de familia las vienen elaborando, con hábiles manos y amor en el trabajo. En un local aledaño al coliseo, trabajan y venden sus productos veinte personas, organizadas en la Unión Artesanal de Productores Progresistas de Mazapán desde hace 22 años, a la que el Municipio Metropolitano de Quito le entregó el inmueble en comodato.

Las asociadas manifiestan que en los tiempos del sucre vendían más, pero que las ventas bajaron con la dolarización, que los turistas concurren a los al-macenes y que a ellas las ignoran. Creen que su aislamiento obedece a la estrecha y poco visible entrada al local. En el presente, el mazapán es una escultura decorativa. Las ventas es al por mayor y menor, y para exportación a Estados Unidos y Europa.